AVES RATITES
Todas las aves tienen
alas, pero no todas pueden volar. Las aves no voladoras más
características son las ratites. La
mayoría son grandes, como el avestruz, el emú, el casuario,
el ñandú y el kiwi.
Hace millones de años,
existían muchos tipos de ratites en todo el mundo. Hoy, sólo quedan
10 especies, dispersas en lugares como África y Nueva Zelanda.
Además de no ser valoradas, se diferencian de las otras aves en
muchos otros aspectos. Por ejemplo, sus plumas carecen de las
superficies lisas, aplanadas y aislantes de las que otras aves están
provistas. En su lugar, las ratites poseen plumas sedosas, con
aspecto de pelo. Las extremidades posteriores de las ratites son
robustas y más parecidas a las patas de un mamífero que a las de un
ave. Esta es la razón por la cual las ratites pueden alcanzar un
gran tamaño. El típico esternón en forma de quilla de las aves
voladoras, desarrollado para unir los músculos del vuelo, ya no es
necesario en las corredoras y se ha transformado en una estructura
aplanada de tamaño reducido; los huesos de las alas también se
reducen.
Se piensa que las aves no
voladoras evolucionaron a partir de unos ancestros voladores; la
criatura viviente más próxima a las aves corredoras es el tinamú,
un ave que pasa la mayor parte del tiempo en el suelo. Las especies
que viven en islas con muy pocos predadores no necesitan escapar
volando o recorriendo grandes distancias, por lo que han perdido la
capacidad de volar. Las especies más grandes, como los avestruces,
gastarían grandes cantidades de energía si volaran, lo que
constituiría un uso poco económico e innecesario de la misma, ya
que pueden escapar más fácilmente de un predador corriendo o
defendiéndose con sus fuertes patas.
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